La ópera se sacude el polvo y se presenta ante el gran público con un mensaje claro: no es elitista, es emoción pura. ARIA, locos por la ópera arranca en TVE con una primera gala cargada de expectativas y cinco aspirantes que prometen dar mucho que hablar. Voces distintas, trayectorias opuestas y una misma ambición: demostrar que la lírica también conecta con la vida real. Porque sí, la ópera habla de amor, de miedo, de pérdidas y de sueños. Y estos concursantes lo saben bien.
Antes de escuchar la primera nota, el programa pone el foco en las personas. ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Qué les ha traído hasta aquí? Ginés, Merlyn, Esaú, Klaudya y Álvaro inauguran una competición que mezcla espectáculo, aprendizaje y emoción.
Con solo 28 años, Ginés Vargas llega desde Cuevas del Almanzora (Almería) con una historia poco habitual. Actor de teatro musical, descubrió casi por accidente su voz lírica interpretando un personaje femenino en Chicago. Aquello fue un punto de inflexión.
Desde entonces, apostó por formarse como contratenor, una tesitura poco común que sorprende desde el primer instante. Su imagen desenfadada contrasta con una voz que remite a otros tiempos. ¿El objetivo? Abrirse paso en la lírica sin renunciar a su identidad.
La trayectoria de Merlyn Cruz impresiona. Con 35 años, esta mezzosoprano cubana fue primera solista de la Ópera Nacional de Cuba. Sin embargo, decidió empezar de nuevo y emigrar a España en busca de oportunidades.
Hoy vive en Torrellano (Alicante), donde compagina los escenarios con la docencia musical. Espiritual y profundamente conectada con su voz, Merlyn carga con la nostalgia de su familia, aún en Cuba. Pero también con una ilusión intacta: volver a vivir de la ópera como siempre soñó.
Con solo 22 años, Esaú Pérez representa a una nueva generación. Natural de Salamanca y residente en Madrid, comenzó cantando rock en familia. La ópera llegó después, casi sin avisar, tras su paso por Prodigios.
Actualmente estudia en la Escuela Superior de Canto de Madrid y combina partituras con gimnasio y videojuegos. Su reto es claro: demostrar que la ópera también es territorio joven y que su camino no ha hecho más que empezar.
No todos los recorridos son lineales. Y ahí está parte del atractivo del programa.
Klaudya, soprano lírico-ligera de 34 años, descubrió pronto que la ópera lo era todo para ella. Se formó fuera de España y empezó a construir su carrera, hasta que una situación personal complicada la obligó a parar.
Ese parón la alejó de la música y la llevó a atravesar una depresión. Hoy, ya recuperada, canta en restaurantes y hoteles mientras espera una nueva oportunidad. ARIA aparece como ese escenario inesperado donde volver a creer.
Con 40 años y más de dos décadas sobre las tablas, Álvaro Chaves aporta experiencia. Tenor mallorquín, se define como crossover, un punto de unión entre la lírica y el pop que ha marcado su carrera.
Vive en Mallorca junto a su mujer y su hija, su gran motor personal. Amante del deporte y del mar, llega al programa con un propósito claro: dar un nuevo impulso a su trayectoria y asumir riesgos artísticos sin miedo.
Estos cinco aspirantes no solo compiten. También cuentan historias. ARIA, locos por la ópera apuesta por humanizar la lírica y acercarla a quienes nunca pensaron que podían disfrutarla.
¿Quién logrará emocionar desde el primer minuto? ¿Qué voz sorprenderá al jurado? Lo que viene cambiará todo.
Ahora te toca a ti: ¿qué concursante te ha conquistado? Déjanos tu opinión y sigue la evolución de ARIA semana a semana.
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